¿Marsella con menos de 150 euros? ¡Claro que sí!

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¡Hey, viajero(a)!

En esta entrada me saldré un poco del patrón que suelo seguir con respecto a mi storytelling sobre cómo me establecí legalmente en Francia sin tener pasaporte europeo y el programa de asistentes de idiomas en Francia (que puedes leer en mis posts anteriores) para traerte otro súper tip viajero. Esta vez te contaré sobre mi viaje a Marsella con un presupuesto reducido en pleno verano (cuando los precios se disparan) para que tú también te atrevas a viajar más y, por supuesto, gastar menos.

¡Despegue! 🛫

¿Cómo planifiqué el viaje a Marsella?

Lo primero que recomiendo hacer cuando me preguntan cómo hago para viajar con un presupuesto reducido incluso durante temporada alta es planificar con tiempo. Este viaje era entre amigas, por lo que organizar todo con suficiente tiempo de antelación era necesario para ponernos de acuerdo.

En tan solo tres días elegimos:

La fecha perfecta para viajar a Marsella

Para viajar con bajo presupuesto hay que ser realistas y fijarse límites. Cuando se nos ocurrió la idea de regalarnos una escapada de París, estábamos a finales de junio, así que había ciertas consideraciones a tomar en cuenta:

✓ Teníamos que proponer una fecha lo suficientemente lejana para poder costear los pasajes y el alojamiento,

✓ pero tenía que ser antes de agosto, ya que este es el mes más caro para viajar (además de diciembre).

Es así como decidimos viajar del 24 al 26 de julio.

El tipo de transporte más económico y adecuado para un viaje flash en Francia

Al principio habíamos decidido viajar con Flixbus ya que, como mencioné en el post sobre cómo viajar por Europa con 500 euros sin morir en el intento, la empresa ofrece tarifas de viajes en autobús tan económicas que es imposible pensar en otra alternativa cuando planeas un viaje de este estilo.

Pero para mi sorpresa, la idea de viajar en tren resultó ser mucho más atractiva. El costo de ida desde París hasta Marsella en Flixbus era de 33,98 euros, mientras que el billete de tren costaba 38 euros.

¿Qué fue lo que nos hizo decidir pagar 4,02 euros extra?

La respuesta es simple: la idea de poder relajarnos en la costa marsellesa desde el viernes en la tarde en lugar de pasar todo el día viajando y desperdiciar un día soleado.

Te explico con más detalles:

El viaje en bus salía de París el viernes a las 8:40 a.m. y llegaba a Marsella el mismo día a las 10:10 p.m. Además, por temas laborales debíamos regresar sí o sí el domingo. El tren, por el contrario, salía de París el viernes a las 8:14 a.m. y llegaba a Marsella el mismo día a las 11:30 a.m.

Cuando hacemos un viaje flash, lo ideal es aprovechar el tiempo lo mejor posible, aunque ello implique sacrificar un poquito el presupuesto.

Bonus

Por temas relacionados con el COVID, la red de trenes de Francia (SNCF) está permitiendo a todos los pasajeros anular viajes hasta el último minuto sin costos adicionales.

En el caso de Flixbus, en caso de que debas cancelar tu viaje, te dan un voucher por el mismo valor del billete original y tienes hasta un año para utilizarlo. Si ellos son los que cancelan el viaje, te envían una lista con todos los itinerarios del mismo destino para que puedas elegir otro bus sin costos adicionales.

Para regresar de Marsella hasta París sí optamos por viajar en autobús, ya que los precios eran más favorables. El billete nos costó 23,98 euros y pasamos un total de 12 horas viajando (con una parada de un poco más de una hora en la estación de Lyon, otra parada de media hora entre Lyon y París, y otras cuantas de 10 a 15 minutos en estaciones con baños, cadenas de restaurantes y tiendas).

Bonus x2

Mientras estaba investigando sobre cómo movernos en Marsella, descubrí el City Pass, un ticket que te permite tomar el metro, buses, trencitos turísticos y botes para recorrer la ciudad, sus islas y macizos válido por un tiempo determinado:

Pagas 24€ por 24 horas; 31€ por 48 horas; y 39€ por 72 horas.

Nosotras compramos el ticket de 48 horas y sí que lo supimos aprovechar. En tan solo dos días visitamos la catedral de la Notre-Dame de la Garde (a la que fuimos en un trencito), fuimos a una de las playas más bonitas de Marsella (Pointe Rouge) ubicada a unos 45 minutos del centro de la ciudad, visitamos varias veces el Vieux Port, fuimos a la isla de If, hicimos un recorrido en bote de los macizos (Les Calanques) y fuimos a otra playa un poco más cercana del centro de Marsella.

Pero si lo tuyo son planes gratuitos, puedes hacer este tour gratuito por Marsella también.

Hospedaje en Marsella: ¿qué hay que tener en cuenta?

Cuando viajas a un destino desconocido, encontrar el mejor hospedaje es una de las tareas más complicadas. Recomiendo que antes de precipitarte a reservar una habitación solo porque te pareció increíblemente cozy y a muy buen precio, te tomes el tiempo de leer los comentarios de los huéspedes anteriores e investigues muy bien sobre la zona en la que se encuentra el lugar.

Al ser un viaje sin tanto tiempo de planificación, optamos por la opción más segura (a mi parecer) que ofrece Internet actualmente: Airbnb.

Tanto en Marsella como en París y en cualquier otro destino, Airbnb te ofrece múltiples opciones: desde rentar un apartamento entero hasta quedarte en una habitación y compartir el apartamento con otros viajeros o con los dueños del lugar.

Nosotras éramos 3, así que preferimos alquilar un apartamento entero, de tamaño moderado, donde pudiéramos tener nuestro espacio. La idea de tener una cama para dos personas y un canapé-lit no importaba, siempre y cuando tuviéramos cocina.

A partir de allí, Airbnb nos ofreció un montón de opciones por precios distintos. Y ahí empezó el embrollo:

Ninguna se ponía de acuerdo sobre el precio que cada una estaba dispuesta a pagar por el alojamiento.

Si hay algo que mis viajes con presupuesto limitado me han enseñado es que, sin importar que solo vayas a tu habitación a dormir, a veces es preferible pagar un poquito más para estar tranquilo(a). No olvides que, a pesar de todo, la habitación que elijas debe ofrecerte la calma y el descanso necesarios para reponer tu energía y así salir con buen pie a recorrer la ciudad al día siguiente.

Después de dos días de discusión, optamos por elegir un apartamento de 134,46 euros por todo el fin de semana (44,82 euros en total por persona) en lugar de uno de alrededor de 160 euros en total (53,33 euros por persona).

Grave error.

Esos casi 10 euros de diferencia nos hubieran ahorrado descubrir el lado oscuro de Marsella.

Para hacer el cuento corto: resulta que Marsella tiene fama de ser una ciudad peligrosa, según me lo habían comentado los franceses. Sin embargo, como la mayoría de esos franceses curiosamente eran parisinos (y entre París y Marsella existe una rivalidad milenaria originada por el fútbol), nunca le di mayor importancia a los comentarios.

Después de todo, yo viví en Caracas. ¿Qué es lo peor que podría pasar? Lo que no sabía era que más adelante llegaría a recomendarle a una de mis amigas que caminara malandreao’ para intentar que no fuéramos un target tan fácil.

En realidad, creo que nunca podría comparar a Marsella con Caracas, pero en serio nos llevamos un susto.

Seguimos: Una vez en Marsella, unos amigos nos preguntaron que dónde nos estábamos alojando. Al escuchar la respuesta, en seguida nos aconsejaron no irnos tan tarde, no revisar el teléfono en la calle y que ni siquiera se nos ocurriera detenernos a pedir indicaciones. Lo primero que pensé fue:

Recuerdos de Vietnam…

Los ánimos empezaron a tensarse desde que tomamos el metro en el Vieux Port, una de las paradas más turísticas de la ciudad, porque bajando las escaleras mecánicas un “señor” intentó abrirme el bolso.

Supongo que esos seis años de mi vida que pasé en Caracas me hicieron desarrollar un sexto sentido para detectar a los ladrones, porque mi primer reflejo fue voltearme y meterle un coñazo golpe. Luego de ese arrebato de adrenalina, bajé las escaleras corriendo y el “señor” desapareció.

Ese efímero episodio nos despertó como un corrientazo, y aunque en todas las ciudades hay ladrones (sobre todo en las grandes ciudades como París), ya nos empezábamos a creer los comentarios de nuestros amigos parisinos.

Una vez en el metro, me di la tarea de buscar en Google Maps el camino desde la estación del metro hasta el Airbnb y de aprendérmelo de memoria, algo que nunca había hecho antes porque aquí me malacostumbré a ir mirando el GPS cuando voy a cualquier sitio.

Unos minutos después, allí estábamos, en el distrito número 15 de Marsella, parte de Les Quartiers Nord. Caminamos tan rápido que los 15 minutos de caminata se convirtieron en 5 (“Camina malandrao’, mrk“).

Pero afortunadamente no nos pasó nada y llegamos sanas y salvas a nuestro hospedaje, cuya apariencia jamás te haría imaginar que se encuentra en un distrito como en el que estábamos.

Por lógica (y temor de tener que salir de nuevo) nos quedamos esa noche en el apartamento, pero decidimos que al otro día nos iríamos a otro lugar (por suerte nuestros amigos podían recibirnos).

Lo primero que hicimos al tomar dicha decisión fue escribirle a la dueña del apartamento para ponerla al tanto de la situación, decirle que nos iríamos al día siguiente y pedirle un reembolso por la noche que no pasaríamos en el apartamento.

Como respuesta, la propietaria se puso de inmediato a la defensiva, nos dijo que “nunca nadie se había quejado del distrito” y que nos las arregláramos con Airbnb que, por cierto, nunca solucionó la situación.

Así es, terminamos pagando por una noche en la que ni siquiera estuvimos en el apartamento. ¿La lección de esta experiencia? Repito:

siempre es bueno pagar un poco más si ello nos ofrece un lugar seguro y tranquilo donde pasar la noche.

A pesar de todo, al fin poder visitar Marsella y su litoral fue fantástico. Hay muchos lugares increíbles que están abiertos al público (como el castillo del cual se inspiró Alexandre Dumas para escribir su obra El Conde de Montecristo) y la gastronomía no se puede menospreciar.

Si te interesa descubrir el lado turístico de Marsella, te invito a seguir mi Instagram, donde he estado publicando imágenes y otros tips viajeros sobre Marsella, París y otros destinos. 😉

Si te gustó esta entrada, compártela con tus amigos viajeros y déjame tus impresiones en los comentarios.

¡Nos leemos en un próximo post nómada!

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